lunes, 4 de enero de 2010

Estimados Amigos.-.
Iniciamos el nuevo año con toda la esperanza de que la realidad de nuestro país tenga días mejores; con un sol que llene de calor el corazón de sus habitantes, y no que lo fatigue por la falta de unos cuantos centavos para adquirir un poco de agua. Ésa es la realidad de muchos de nuestros compatriotas, ‘Almas en sacrificio’ es nuestro primer trabajo en 2010….

Dios los bendiga.-.

Paúl.-.


R. Paúl López Chamorro
OPIP EntretenimientoS.-.
producción audiovisual creativa
opipentretenimientos@hotmail.com
http://opipentretenimientos.blogspot.com/




Desempleo, la misma historia en 2010

Decenas de personas ‘sueñan’ con una nueva oportunidad todos los lunes en la plaza El Salto



Rostros pálidos, tristes, inundados en la desesperación, con la piel corrugada, víctimas del frío de la mañana latacungueña, rondan con angustia la plataforma nororiental del mercado Rafael Cajiao (El Salto), esperando que alguno de ‘los patrones’ extienda su dedo índice y lo llame para preguntarle, “qué sabes hacer”.
Es el primer día laborable de la semana (lunes) y desde las 05:00; hombres de todas las edades llegan con una mochila en la espalda, otros, con una pequeña cartuchera bajo el brazo, y unos pocos, lo hacen con las manos vacías de herramientas, pero llenas de deseo laboral y sobre todo, necesitadas del pan diario para sus familias.

“Hay que traer uno mismo las cosas, pico y combo (martillo grande), así es más fácil conseguir un contrato, a veces eso es lo primero que preguntan los ingenieros (contratistas)”, dice Marco Quishpe, mientras echa una carta en la mesa y se alista a ganar la partida de rumi (juego de cartas) a la que le apostó un dólar.


La gran mayoría de desempleados que llegan al lugar, son personas provenientes de las zonas rurales de toda la provincia (Cotopaxi), especialmente de Saquisilí y Salcedo.
Las difíciles condiciones de vida en el campo, hacen que el agricultor abandone el azadón y lo reemplace por un desamador o una pala, para mezclar el cemento en las construcciones.
Y es que el campo de la infraestructura inmobiliaria es el que mayor demanda en mano de obra genera, le sigue el servicio de pintura, electricidad y seguridad privada.
Las horas de espera se vuelven eternas, sobre todo cuando gran parte de la mañana ha transcurrido y son ‘pocos’ (más de 300 personas) los que no consiguieron trabajo.
La llegada de un hombre que viste terno o alguien con varias carpetas en mano, es para los desempleados una buena señal. Seguramente se trata de alguien que necesita trabajadores, porque no tiene mochila ni herramientas en sus manos.
Los desempleados lo acorralan y persiguen, cual si fueran abejas detrás de un balde lleno de miel; hay empujones y jalones entre ellos porque todos buscan lo mismo, tener el mejor lugar frente al ‘nuevo patrón’.
El de vestimenta elegante pregunta: “quién sabe de seguridad privada, manejar armas y ha hecho el servicio militar”, de las casi 200 personas que lo rodearon, solo dos levantaron la mano; la preselección se había cumplido sin papeleos y pruebas de aptitud complicadas, simplemente se contestaron las preguntas básicas.
Los dos afortunados se separan del grupo para mantener una conversación con el empresario, y en menos de 15 segundos, uno de ellos se retira.
“Hay que tener menos de 30 años para trabajar en esa empresa como guardia de seguridad, tengo 41 y parece que mis fuerzas no son suficientes”, dijo Gonzalo Chacón, mientras guardaba sus manos en los bolsillos y regresaba hacia la multitud.
Son casi las 11:00 y aún existe un gran número de personas en espera de alguien que les ofrezca trabajo, aunque sea por unas pocas horas, pero trabajo al fin. Otros en cambio, perdieron la esperanza y sacan de sus mochilas una pequeña botella de gaseosa llena de ‘puntas’ (licor puro), se sientan en el frio cemento de la plaza y disfrutan de los partidos de vóley, mientras el alcohol amortigua el sentimiento amargo del fracaso y la mala suerte.
“Y ahora que le digo a mi mujer, por eso mejor tomo, para llegar borracho a la casa y no tener que responder a nadie, no es mi culpa que no me hayan contratado, es que ya no hay quien contrate para hacer trabajos”, comentó Aníbal Pacha, albañil con 30 años de experiencia.

La opinión de un joven universitario
Juan Carlos Mendoza, estudiante de sociología, comenta que en sus clases del actual ciclo académico que cursa (cuarto), el desempleo ha sido uno de los temas más tratados por los decanos de su facultad, y ha sido motivo de extensos trabajos entre los estudiantes.
“Es obvio que el desempleo es como una rueda de desgracia que gira y gira; la falta de dinero trae problemas en el hogar, principalmente con la o el conyugue. Muchos de los desempleados, como se aprecia en el reportaje, se refugian en el alcohol y las consecuencias son peores, porque el desempleado pierde su horizonte y cae en un estado depresivo mayor”, explicó.

Las estadísticas
El 31 de diciembre de 2007, según la información proporcionada en la página web del Banco Central del Ecuador, el índice del desempleo en el país era del 6.34%, es decir, siete de cada 100 ecuatorianos no tenían ninguna forma de actividad laboral.
Para el 31 de diciembre de 2008, el indicador subió a un 7.50%, y para el 31 de diciembre de 2009 la cifra se elevó a un nivel de 9.06% de desempleo.