viernes, 13 de noviembre de 2009

‘Los desamparados’, soledad en la pobreza

Hola Amigos, comparto con ustedes un trabajo especial de mi autoría que fue públicado el lunes 07 de septiembre en Diario LA HORA Regional COTOPAXI; espero que nos ayude a crear conciencia de que hay personas aún más necesitadas de lo que creemos y que nos enseñe a valorar lo poco o mucho que poseemos, Dios los bendiga.

Fotografías y Texto: R. Paúl López Chamorro
OpiP entretenimientos
Dirección de Arte para producción Audiovisual.-.
'Los desamparados', soledad en la pobreza

Más de 15 personas duermen todas las noches en La Estación, los moradores piden ayuda para solucionar la indigencia.

“No hay frío ni hambre cuando se está acompañado por una botella, curando el dolor causado por el olvido de una mujer”, esa es la razón por la que ‘Marcelo’ se ahoga todas las noches en el abandono, e inunda su corazón en recuerdos de la que fue una mejor vida.
La indiferencia de autoridades, vecinos y ciudadanía en general, es solo otro factor que pasa desapercibido por las mentes confundidas de estos seres humanos, faltos de oportunidades, abrigo y afecto; “quién no es capaz de amar al prójimo, no podrá amarse a sí mismo”, recuerda ‘Marcelo’, como uno de los últimos pensamientos de su agonizante lucidez.
Son las 18:00, los primeros indigentes y enfermos alcohólicos empiezan a llegar a la avenida 5 de Junio, entre la Panamericana y Marco Aurelio Subía; su presencia causa malestar entre los transeúntes, que ven con desprecio su lento caminar y perciben con repugnancia su hedor mal oliente.
Uno a uno ‘los desamparados’ luchan por ganar un espacio entre la masa humana que se instala en la puerta de ferretería Bycace, “mientras más al centro esté, menos frío y más traguito”, dijo ‘Jorge’, un tanto molesto por el flash de la cámara fotográfica.
Pensamientos deshilados y palabras sin sentido, son los temas de largas ‘conversaciones’ entre ellos; los efectos del alcohol hacen de las suyas, provocando que incluso, llevados por un timón sin control, mantengan relaciones homosexuales a la vista y paciencia de los pocos caminantes que se atreven a cruzar frente a ellos.
“Una noche vi a dos borrachitos masturbándose mutuamente mientras otro les besaba el cuello, que pena que ninguna institución los ayude”, comentó Fernando Pacheco, morador de la ciudadela Las Fuentes.
Susana Cornejo, habitante de La Estación, manifestó que incluso en alguna ocasión, una indigente que duerme junto a seis o siete perros en la esquina oeste, dio a luz en la calle a uno de sus hijos.
“La señora alumbra ya dos veces aquí, tiene dos hijitos, aunque últimamente no se le ha visto con ninguno (…), hay que tenerles pena y pedir a las autoridades que hagan algo, aunque yo no sé a quién; he llamado a la Policía, pero nadie hace nada, yo ignoro a quién será de dirigirse para hacer algo por estos pobres”, recalcó la moradora.
Sebastián Quishpe tiene 74 años, sufre de discapacidad en sus extremidades inferiores; quién no lo haya visto arrastrarse por la ciudad, seguramente nunca habrá caminado por las calles de Latacunga.
Arrendaba un cuarto en cinco dólares, pero duerme en la calle desde hace varios meses, “porque ya no me quisieron tener ahí”; no tiene hijos, ni esposa, “estoy solito, huerfanito”, comenta entre risas.
La noche pasó lenta y a las 04:00 del día siguiente, los primeros pasos de ‘los desamparados’ que aún se encuentran bajo los efectos del licor, solo caminan en busca de la primera luz del día, soñando con una nueva esperanza, anhelando que en el nuevo sol, una mano amiga les brinde aunque sea un pedazo de pan.


rp.-.pipo/009